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- Un gusano se tranforma en mariposa y después de probar su nueva vida piensa que quizás estaba mejor de gusano. Pero aunque intentara volver a comportarse como un gusano seguiría siendo una mariposa, ya no hay vuelta atrás.
- Una lágrima asomó de sus ojos cuando recordó que en el pasado era infeliz y en el presente ser feliz tenía un precio.
- Una vez estuve allí. Era un sitio agradable y bonito, cálido, se estaba bien. Pero no volveré nunca, no quiero volver, tengo miedo a querer quedarme allí para siempre.
- Te esperaré junto al mar hasta que vuelvas. Si no vuelves nunca, allí te seguiré esperando. Te esperaré sólo hasta que vengas. Te esperaré hasta que me canse. No te esperaré.
- Hay quien tiene madera, pero tú no la tienes. Tú eres muy bueno, demasiado, sirves para consolar y hacer reír, para pasar un buen rato. Por eso sigues ahí mientras todos los demás se van yendo. Y te quedas solo.
- Él me hizo perder mi alma y mi sustancia, y desde entonces la ando buscando. A veces creo encontrarla en el callejón, me la pruebo y creo que me queda bien, incluso me reconozco en el espejo. Cuando despierto al día siguiente sigo estando vacía y sola, y el alma que creí encontrar ha volado, no era yo.
- Noté que mis ojos se humedecían y miré al infinito esperando que las lágrimas volvieran a su sitio. Pero no resultó y el aluvión de agua salada desbordó la barrera y rodó por mis mejillas mientras los sollozos lo acompañaban.
- A veces no sabía quién era, si quien ella quería ser, quien todos creían que era o quien su madre le decía que era.