miércoles, 27 de mayo de 2009

Quiérete

Ella se sorprendió porque alguien pudiera volcarse así y pensó que no duraría. Efectivamente, no sé equivocaba. Sin embargo, él no fue el único que le prestó atención, aunque todas las demás veces ella no dejaba de sorprenderse, una y otra vez.

Cuando uno asume un lugar en el mundo, es muy difícil darse cuenta que quizá ese no es su sitio natural, sino que es otro muy diferente.

Una amiga le decía: no te sorprendas de que te quieran, y empieza a quererte tú.

2 comentarios:

Gabriel Noguera dijo...

Seguro que no le hacían ni puto caso a la amiga esa.

susej dijo...

Quererse uno mismo, sino difícil que a uno le quieran.