sábado, 28 de agosto de 2010

Secuestro II

¿Qué significaba todo esto? Empezaba a preocuparme. Hice un esfuerzo por recordar, me sentí mareada. Recordaba volver del trabajo, como cada día y parar de camino a casa para hacer la compra. Recordaba haber llegado y colocado las cosas, cambiarme de ropa y recostarme en el sofá mientras cenaba y veía la tele. Recordaba haber hablado con Mario por teléfono y no recordaba nada más, todo se tornaba confuso al intentar exprimir la memoria.

Oí un ruido agudo: "un altavoz", pensé. Al observar el techo de la habitación descubrí un altavoz redondo, similar a los del Hilo Musical. Más ruido y una voz:

—Espero que hayas dormido bien, eres mi invitada de honor. Si te portas bien irás tentiendo acceso a las estancias de la casa y los diversos lujos que puede ofrecerte. Si te portas mal serás castigada. Espero que no me obligues a revelarte cómo. Por si te lo estás preguntando, sí, ayer te drogué y uno de los efectos secundarios es no recordar las horas inmediatamente anteriores a cuando fue ingerida.

Se me nubló la vista y creo que caí al suelo, aunque desperté de nuevo en la cama y oí la puerta de la habitación cerrarse. ¿Quién me estaba haciendo esto? ¿Qué sentido tenía?

miércoles, 18 de agosto de 2010

Secuestro I

Cuando desperté estaba confusa, no recordaba nada desde la conversación de anoche. Tenía la boca seca y me dolía la cabeza como en la peor de mis resacas, apenas podía moverme. No reconocía la habitación en la que estaba: pequeña, pintada de blanco, una silla, una cama y una mesita eran todos los muebles y la luz se colaba por las rendijas de la contraventana que tapaba el ventanuco de la pared. Aún estaba demasiado amodorrada como para que la preocupación asaltara mi mente. En la calle un perro ladraba y mi cabeza daba signos de querer estallar.

Me incorporé, frente a mí había un espejo. Vi que llevaba la ropa que uso en casa, así que no debía de haber ido muy lejos. En la mesita había un vaso de agua y tenía sed. Me levanté y mientras lo bebía vi al lado una nota: "Bienvenida".

El pozo

Se despertó sobresaltada, todo estaba oscuro, ella empapada en sudor frío. No quería estar sola. A los pocos segundos ya estaba más calmada y era dueña de sus pensamientos. Extendió la mano: ahí estaba él, a su lado, a pocos centímetros. Notó su respiración acompasada, dormía. Se acercó más a él para notar su cuerpo y se acurrucó. Sonrió y volvió a cerrar los ojos.